GreenBranch no nació como una búsqueda interna. Una necesidad de entender cómo veo el mundo, cómo me relaciono con la tecnología/mi profesión, y cómo puedo ser parte activa de su transformación.
Durante mucho tiempo esa búsqueda giró en torno a dos polos que parecían opuestos: por un lado, mi formación académica, enfocada en lo técnico, lo medible, lo estructurado. Por el otro, mi forma de ver la vida, donde valoro el tiempo libre, los hobbies, la familia, los amigos. Lo humano como centro. Y en medio de ese aparente conflicto, encontré claridad: Quiero usar mi conocimiento para que la tecnología esté al servicio de las personas.
Que el código, la automatización, la inteligencia artificial no nos conviertan en sus prisioneros, sino que nos liberen. Nos den más tiempo. Nos hagan la vida más fácil.
Una vez tuve claro el propósito. Me pregunté ¿cómo lo muestro al mundo? Sin saber muy bien por qué, el primer paso fue comenzar a construir un sitio web. Y eso me obligó a pensar sobre como transmitir el mensaje. Así empezó la búsqueda de un nombre, un tono, un color, una identidad.
Lo primero que tuve claro fue que quería flexibilidad. Me alejé de los colores oscuros y fríos típicamente asociados al mundo tech. Quería un color que transmitiera vida, crecimiento, movimiento. Ese fue el punto de partida para jugar con palabras e ideas. Así nació el nombre GreenBranch:
- “Green”: Vida, Naturaleza, crecimiento.
- “Branch”, una palabra cargada de significado técnico en la versión de código. Comprensible para cualquier desarrollador, pero que pasa desapercibida para quien no está en el mundo Tech.
El hallazgo de la identidad
Con el nombre definido, pasé a buscar un logo. Contacté a una amiga diseñadora, sin saber que ella ofrecía un paquete completo de identidad de marca. Fui por cobre y encontré oro.
Ese proceso fue revelador. Me ayudó a darle forma a la idea. A ponerle cuerpo, colores, voz. A convertir un impulso interno en una identidad coherente, profesional y auténtica. GreenBranch dejó de ser solo una intención y se convirtió en un proyecto que podía compartir.
GreenBranch no nació como una empresa, nació como una búsqueda interna, en mi forma de construir un puente entre la tecnología y la humanidad.
Y aunque apenas comienza, sé que cada decisión estará guiada por ese mismo propósito: crear tecnología con propósito que nos dé tiempo y libertad.